Por los pasados años los Dolphins de Miami se han visto envueltos en una serie de dramas para poder conseguir el mejor talento posible. Puedo enumerar muchos casos como el de Payton Manning, la selección de los dirigentes que al final nos dejaron a Tony Sparano y Joe Philbin, y la más reciente la contratación del Gerente General (GM). El listado de nombres para estas posiciones es impresionante, entre los que se encuentran Jim Harbaugh ahora coach de San Francisco, Jeff Fisher ahora con St. Louis, y para Gerente General (GM) la lista es más impresionante aun: Ray Farmer, Ben Macadoo, Nick Caserio, Lake Dawson y varios más. Sin embargo ninguno de estos reconocidos administradores en la NFL han aceptado las ofertas económicas de los Dolphins y al final la posición recae en Dennis Hickey, quien nunca fue mencionado entre los preferidos por la administración de los Dolphins para dicha posición. Se ha hablado mucho sobre el problema de los Dolphins a la hora de lograr conseguir el candidato idóneo para ciertas posiciones de importancia, al final todo es mera especulación. Lo que sí está claro es que el nuevo Gerente General (GM), aunque Stephen Ross dice que tiene completo control de las contrataciones y selecciones de jugadores, debe consultar la inversión monetaria en contratos de jugadores con Dawn Aponte, y la contratación de los dirigentes esta fuera de su alcance, ya que las mismas recaen en Ross, el dueño de los Dolphins. Esto quizás explica el por qué los Gerentes Generales con más fama que Hickey declinaron la oferta de trabajo, ya que no estaban dispuestos a trabajar con esas restricciones. Ese tipo de estructura operacional de los Dolphins afecta su imagen a la hora de hacer contrataciones para llenar vacantes, ya que los hace ver poco atractivos a la hora de desarrollar nuevos planes de trabajo.
Por el momento las dos posiciones de importancia que estaban vacantes han sido nombradas. Hickey como nuevo Gerente General (GM) y Bill Lazor como su nuevo dirigente ofensivo (OC). Ambos tendrán las manos llenas ya que los Dolphins adolecen de una buena estructura ofensiva, con la peor línea ofensiva de la NFL, y uno de los peores juegos en la carrera de la liga. Lazor es reconocido por su buen trabajo con los mariscales de campo (QB), y por su estilo agresivo de conseguir yardas (chunk yardage). Estará en manos de Hickey proveerle una buena línea ofensiva para proteger a Ryan Tannehill y desarrollar el juego de la carrera. Así será la única manera de poder evaluar correctamente el trabajo y las habilidades de Tannehill. Del otro lado del balón también deberán hacerse grandes cambios y recortes, eso abrirá el espacio en la cartera de inversión para retener jugadores claves como Brent Grimes y Olivier Vernon. La tarea de Hickey será ardua y difícil, si se tiene en cuenta sus restricciones.
Llegó la hora de hacer recortes, de buscar talento en la agencia libre y prepararse para llenar los espacios deficientes a ambos lados del balón con las selecciones del sorteo de novatos de colegial. Esas deficiencias son: reconstruir la línea ofensiva, invertir en corredores (RB) que puedan producir, y reconstruir la defensa media de apoyo (linebackers),y su ala cerrada (tight ends). Dennis Hickey no las tiene todas consigo, los Dolfans son exigentes, y hay mucho trabajo que realizar. Casi una reconstrucción total. El tiempo será el mejor testigo de su trabajo.
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