Luego del regreso de los Dolphins de Miami a su casa los cambios ya prácticamente no se podían posponer. Joe Philbin puso su reputación y trabajo en riesgo desde finales de la pasada temporada, cuando dejó escapar la clasificación en los últimos cuatro juegos, de los cuales con una sola victoria hubiese asegurado el primer pase a las post temporada desde el 2008. En esas últimas semanas el desempeño de la defensiva fue pésimo, permitiendo a la carrera del equipo contrario hacer mas de 100 yardas en todos y cada uno de esos juegos. La línea ofensiva también puso su granito de arena con su lado negativo dejando a Ryan Tanenehill a merced de la defensa contraria. Así las cosas los Dolphins dejaron pasar la post temporada y Philbin ponía una vez su trabajo en tela de juicio.
En la temporada muerta las cosas no cambiaron mucho; prácticamente nada. Philbin mantuvo su cuerpo técnico intacto. Kevin Coyle el responsable directo del mal desempeño defensivo estaría al frente de la defensa una temporada más. Mientras que la línea ofensiva se mantenía sin cambios, la administración de los Dolphins liderada por Mike Tannenbaum y Dennis Hickey se empeñaron en tratar de corregir la línea ofensiva con el personal existente dentro de la organización sin ir tras los buenos jugadores que estaban en la agencia libre. Una movida que a fin de cuentas pondría en jaque las aspiraciones para la temporada actual. Philbin se preocupó por tener una pretemporada buena, donde los jugadores, individualmente dieran mucho de qué hablar por parte de la prensa, sin trabajar sus problemas básicos: la línea ofensiva que protegería a Tannehill y la defensa en la carrera. Llegó la hora de la verdad y los Dolphins llegaron a Washington a enfrentar a unos Redskins llenos de controversias. El primer cuarto del partido marcó lo que sería el pan nuestro de cada domingo tras domingo: una línea defensiva pobre a la hora de defender a Tannehill y que no puede crear espacios o rutas a la carrera (cabe señalar que tras 4 juegos todavía la carrera de los Dolphins no ha podido lograr una sola anotación), y una defensa costosa que no puede detener la carrera del contrario y duras penas ha logrado una sola detención (sack). El resultado de ese domingo inaugural una cerrada victoria frente a los Redskins gracias a una anotación producida por los equipos especiales (special teams). El resto es parte de las estadísticas tres aplastantes derrotas contra equipos que sus mariscales de campo (QBs) son o han sido meros sustitutos en otras organizaciones. Philbin había cavado su propia tumba como coach, solo era cosa de tiempo.
Tras el regreso a casa la administración de los Dolphins y su dueño hicieron lo que se debió haber hecho el viernes negro un año atrás: despidieron a Philbin. Fue nombrado como dirigente interino Dan Campbell quien fue jugador por 11 temporadas, y quien posee en sus dedos una sortija de campeón. Hago la mención de la sortija, ya que dentro del camerino un dirigente que tenga experiencia como jugador y campeón es visto con respeto por los jugadores, algo místico dentro de la cultura de la NFL. Este nuevo dirigente es muy fogoso en su trabajo y le impartió energía a las sesiones de entrenamiento desde el primer día. Vino a trabajar en las destrezas básicas, a depurar la técnica. Pero más que todo a levantar el ánimo a un equipo falto de inspiración. Los cambios fuero dándose paulatinamente mientras Campbell daba espacio de demostrar su trabajo a cada uno de los dirigentes. En su tercer día frente a los Dolphins anunció lo que muchos sabían que era cosa de tiempo, estaba relevando de sus funciones a Kevin Coyle, y nombrando a Lou Anarumo como el nuevo coordinador defensivo. Este, al tomar la defensa en sus manos quizás no haga grandes ajustes en los patrones y los esquemas, simplemente hacer los ajustes necesarios para poner la defensa a producir. Uno de sus retos será aumentar la producción de Ndamukong Suh, quien no se ha visto hasta el momento dentro los números como de él se esperaba.
Llegó el domingo y los Dolphins una vez comienzan una nueva era, con nuevos bríos y en busca del elusivo pase a la post temporada. ¿Podrá Campbell con su estilo fogoso lograr enderezar el rumbo de la temporada? Solo el tiempo dirá si será un ave de paso o dirigente por mucho tiempo dentro de los Dolphins.
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