Hora cero para los Dolphins.

Tal y como había adelantado los Dolphins de Miami fueron a New England con muchas interrogantes y lagunas en su juego. Pagaron con puntos del contrario la herencia dejada por quien fuese su coach, Joe Philbin. Fue una derrota aplastante en términos de puntuación: New England 36, Miami 7. No era para menos; para muchos conocedores del deporte era de esperarse. La línea ofensiva de los Dolphins no puede contener a la defensiva contraria y el mariscal de campo (QB) de los Dolphins Ryan Tannehill no solo tiene poco tiempo para realizar lances, sino que en la mayoría de las ocasiones “corre por su vida” para evitar las detenciones (sacks). Lo mismo sucede con el juego de la carrera, es invisible, pasa desapercibido.  Frente a New England, Tannehill paso para 300 yardas, con dos intercepciones, cinco detenciones (sacks) y no logró convertir ninguna anotación, con un ratio de solo 64%. El juego de la carrera estuvo discreto, como expliqué anteriormente cuando los Dolphins corren el balón en más de 15 ocasiones mantienen record ganador. Frente a New England solo tuvieron 13 intentos por tierra buenos para 15 yardas y la única anotación del partido. A eso sumémosle las lesiones ocurridas durante el juego lo cual deja al descubierto la falta de profundidad y talento en las filas de los Dolphins. Del otro lado del balón la cosa no es diferente, la defensa está igual de incompleta que la ofensiva. Ndamukong Suh está por convertirse  en el Albert Haynesworth de los Dolphins. Haynesworth fue firmado por los Washington Redskins como agente libre en un contrato de 100 millones de dólares con 40 de estos garantizados, a cambio le dio a los Redskins solo 20 juegos con 53 tacles y 6.5 detenciones (sacks). Suh está teniendo números igual de discretos y aun no ha podido lidiar con los esquemas presentados por las distintas ofensivas en su contra. Para “colmo de males” Cameron Wake quien por los pasados años ha sido el líder de la defensiva de los Dolphins ahora esta fuera por lesión lo que resta de temporada. Un futuro nada alentador para lo que resta de temporada.

En la tarde de hoy los Dolphins van a Búfalo mermados tanto en la ofensiva como en la defensiva. Jugadores claves como Cameron Wake, DeVante Parker y muy en especial Ja’Wuan James quien deja la línea ofensiva por 4 a 6 semanas, dejarán un vacio casi irreparable dentro de un equipo con demasiadas lagunas. Dan Campbell ha tenido diez días para hacer ajustes en todas las áreas. Serán Derrick Shelby y Olivier Vernon quienes sustituyan a Wake, apoyados por Terrence Fede. Del lado ofensivo los ajustes vendrán obligados ante la ausencia de James. Para el juego de hoy frente a los Bills los Dolphins presentarán al veterano Jason Fox como guardia (G). La ofensiva de los Dolphins tendrá que establecerse temprano en el juego, ya que la defensiva secundaria y trasera de los Bills hoy estará presente completa. El juego de la carrera será determinante en las aspiraciones de los Dolphins, muestra de esto es la activación del corredor Jay Ajayi para el juego de hoy. Lamar Miller deberá tener una carga grande de intentos en la primera parte del juego para abrir las posibilidades al esquema ofensivo de pases rápidos de Bill Lazor para Tannehill. La defensiva tendrá las manos llenas ya que el mariscal de campo (QB) Tyrod Taylor regresa para enfrentar a los Dolphins. Taylor ha sido su mejor arma como mariscal de campo (QB) y en la apertura en Miami hizo pedazos la defensiva presentada por los Dolphins. Mucho ha cambiado en los Dolphins de ese juego ahora, pero las interrogantes siguen siendo las mismas. Hay una mejor actitud del lado de los Dolphins y un plan de trabajo más agresivo, pero no se puede negar que hay menos personal disponible.

Llegó la hora cero con miras a la segunda parte de la temporada, la meta debe ser terminar con record de cuatro ganados y cuatro perdidos esta mitad de la temporada para tratar de cerrar la temporada con record ganador y llegar a la post temporada. Para eso los Dolphins deberán demostrar con una victoria hoy que tienen el personal suficiente para ajustar ante las lesiones y seguir siendo competitivos.

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