Juego a juego.

Los Dolphins de Miami se han convertido en un equipo impredecible e inconsistente. Con impresionantes  victorias contra equipos de primer orden como los Bengals de Cincinnati y los Colts de Indianápolis, pero derrotados por los Bucs de Tampa y los Bills de Búfalo. Aparte de eso las distracciones internas creadas por el caso Martin/Incognito, la ya conocida investigación por parte de un investigador independiente dirigida por Ted Wells para la NFL hacen cada juego un nuevo reto para los jugadores. Este pasado domingo los Dolphins se impusieron a los Chargers de San Diego en contra de todo pronóstico. Horas antes de comenzar el juego los Dolphins notificaron que su centro estelar, el abridor Mike Pouncey estaría fuera de la alineación y su lugar sería ocupado por el versátil veterano Nate Garner y la posición de guardia (guard) que ocupo Garner frente a Tampa sería ocupada por un novato llamado del equipo de prácticas, Sam Brenner. Así todo indicaba que sería una tarde larga para el mariscal de campo (QB) Ryan Tannehill donde estaría tratando de protegerse más allá de salir a producir ya que tres abridores de la línea ofensiva estarían fuera de ella. Era la mezcla precisa para un desastre ofensivo. La primera posesión era indicativa de lo que pasaría durante el juego. Tannehill salió dispuesto a retar la defensa de los Chargers, estableció el juego por aire y consiguió llevar a los Dolphins a la zona roja para producir los primeros tres puntos del juego. Los Chargers salieron agresivos para contrarrestar el buen comienzo de Tannehill y sus Dolphins, pero fueron recibidos por un Brent Gimmes quien con esa intercepción marco quizás su mejor tarde en el uniforme Dolphin. Al final los Dolphins ganaron sobre los Chargers con marcador de 20-16 dejando a los analistas y críticos con la boca abierta, ya que derrotaban a los Chargers con una línea ofensiva improvisada que no solo protegió a Tannehill, sino que abrió camino para que Daniel Thomas guiara el juego de la carrera después de los Dolphins registrar su peor juego con solo dos yardas ante Tampa. 

Esa victoria mantiene a los Dolphins en la carrera por el último espacio del juego del comodín (wild card). Pero los demás resultados de los juegos de los equipos del Este del AFC serian los que ciertamente completarían el gran fin de semana para los Dolphins. Los Bills derrotaron a los Jets permitiendo a los Dolphins empatar en la segunda posición del este, y la derrota de los Patriots de Nueva Inglaterra ante los Panthers de Carolina abre una pequeña posibilidad de una carrera tardía por el título del Este de la AFC. Así las cosas se presentan una vez más con posibilidades por parte de los Dolphins de ser una amenaza real a los Patriots y con posibilidades reales de clasificar a la post-temporada.  Las cosas deberán ir juego a juego para lograrlo, ya que los Dolphins cada domingo dependerán de los resultados en otros juegos del Este de la AFC. Los Dolphin tendrán bajo su control solo los juegos contra los Jets, uno de visitante y el otro en casa, un juego en casa contra los Patriots y uno como visitante en Búfalo contra los Bills. Lo importante del calendario es que de seis juegos que le restan a los Dolphins cuatro son contra rivales del Este de la AFC los cuales combinados  con alguna derrota de estos equipos aseguraría un pase a la post-temporada.

Al final la inconsistencia es la duda en las mentes de todos los dolfans.  ¿Podrá esta línea ofensiva improvisada seguir protegiendo a Tannehill y creando espacios en la carrera? ¿La defensa mantendrá un juego estable ayudando a cerrar juegos y protegiendo victorias? ¿Tannehill al fin podrá encontrar a Mike Wallace en el juego de pases largos? Estas situaciones se deben ir corrigiendo un juego a la vez, esa es la clave para la clasificación.

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