Al finalizar el juego frente a los Vikings de Minnesota el dueño de los Dolphins Stephen Ross entro al camerino y anuncio a sus jugadores que Joe Philbin regresa como dirigente la próxima temporada. Muchos han comenzado a criticar la movida de Ross, pero tengo que admitir que para mí es la movida más lógica y que más rápidos resultados puede traer a la franquicia. Tenemos que mirar la situación del personal disponible y accesible que habrá cuando comiencen los despidos de dirigentes esta semana. Por ejemplo muchos están pensando que Jim Harbaugh seria en dirigente ideal porque su estilo y tipo de juego se asemeja a lo que hacen los Dolphins actualmente. Pero el propio Harbaugh dijo temprano ayer que haría lo más conveniente para su familia. Todos sabemos que su esposa prefiere mantenerse en el área de California, por lo que ya sabemos de antemano que ir tras su contratación es nadar en contra de la corriente. Luego de Harbaugh los demás nombres que se han mencionado serian, más que otra cosa, un experimento. ¿Están listos los Dolphins para una nueva reconstrucción? No lo creo.
Dije en mi escrito antes del juego frente a Minnesota que se debía analizar los resultados del trabajo de Philbin con detenimiento antes de tomar cualquier decisión. Philbin ha sido pasivo pero enfático a la hora de tomar decisiones, buenas o malas, asumiendo su responsabilidad cuando algo sale mal. ¿Si no quien puede cuestionar el trabajo de Bill Lazor y fue Philbin quien despidió a su amigo Mike Sherman? No dudo que al finalizar la temporada Philbin junto al Gerente General (GM) Dennis Hickey escudriñen el trabajo de Kevin Coyle a cargo de la defensiva en busca de contestaciones a la inconsistencia reflejada durante toda la temporada. Entiendo que Coyle está en la cuerda floja por el desempeño de su defensa y esta es una de las posiciones donde podría haber cambios. Pero no creo que Philbin o Hickey puedan pasar por alto las lesiones que tanto afectaron del lado defensivo del balón.
Antes de cualquier consideración se debe analizar el desempeño de los jugadores. Fueron los propios jugadores quienes temprano el domingo hicieron comentarios en respaldo al trabajo de Philbin. Esos mismos jugadores asumieron la responsabilidad por no poder cerrar con victorias juegos importantes y mencionaron a Detroit, Green Bay, y Denver. En estos juegos los Dolphins no pudieron producir en los momentos claves, ya fuese por un pase no atrapado, un tacle fayado, o cualquier otro error. Una vez uno mira sin apasionamientos, los resultados han comenzado a emerger. Me arriesgo a decir que ya del lado ofensivo del balón los Dolphins están al nivel de los mejores 10 en la NFL, solo falta articular una defensiva estable que no permita libertades al mariscal de campo (QB) contrario y mantenga las anotaciones a raya. Al finalizar la movida de los Dolphins de no comenzar con una nueva reconstrucción es lo más sensato y lógico en este momento.
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