Luego del resultado final frente a los Jets de Nueva York comenzó lo que muchos diríamos es el nuevo capítulo de la novela llamada los Miami Dolphins. Otro fiasco, otra temporada decepcionante. Muchos han responsabilizado a Kevin Coyle como el único responsable de la debacle al final de la temporada, pero han comenzado a salir a flote nuevamente problemas dentro del camerino. ¿Serán realmente creíbles las versiones que llevan y traen dichas situaciones? Fui uno de los que dijo que la decisión de mantener a Joe Philbin al mando de los Dolphins era una movida lógica, ya que se ve un claro desarrollo progresivo en la ofensiva y que al final la defensa se haya derrumbado esta temporada es “harina de otro costal”. Entonces se anuncia la firma de Mike Tannenbaum quien fungía como agente de varios dirigentes activos en la NFL, quien además se paseaba como el consejero del dueño de los Dolphins Stephen Ross, y ahora será el Vicepresidente de Operaciones. Este responderá directamente a Ross, pero el Gerente General (GM) Dennis Hickey y el dirigente Philbin responderán directamente a Tannenbaum. Aquí para mí comienza el problema; todos saben que el trabajo de Hickey en su primera temporada fue excepcional, tanto en la firma de agentes libres como en las selecciones hechas en el sorteo de jugadores de colegial. ¿Por qué traer a alguien a supervisar a Hickey? Entonces comienza la novela del problema con Mike Wallace al finalizar la primera mitad del juego frente a los Jets. Wallace fue relegado a la banca durante toda la segunda mitad. Los rumores no se hicieron esperar, unos dijeron que Wallace frustrado por la forma en que era usado se negó a salir al terreno de juego. Luego supimos por voz del mismo Wallace que él nunca se negó a jugar y que fue el dirigente de los recibidores quien le notificó que no sería utilizado más en el juego. Versiones que contrastan: el rumor difundido por la prensa y que venía supuestamente del propio Philbin, y la declaración hecha por el jugador. De ser cierto que al jugador le notificó el dirigente de los recibidores, entonces realmente Philbin no tiene control o no ejerce el control necesario de sus jugadores. Por lo que a mi entender es el propio Philbin quien abre la puerta para el nombramiento de Tannenbaum. Muchos se preguntarán cómo llego a esa conclusión. Pues volvemos a ver a un jugador hacer declaraciones públicas sobre una situación surgida dentro del camerino destapando una vez mas falta de liderato de parte del cuerpo técnico, dejando que el silencio se convierta en especulación. La evaluación del trabajo de Coyle pasa a un segundo plano, ya que en su primera declaración a la prensa deportiva de Miami luego de su conferencia de prensa, Tannenbaum comentó de que se encontraba trabajando con las versiones del caso Wallace para tomar una decisión responsable para ambas partes. Lo que fue interpretado por muchos como que Tannenbaum se propone en las próximas semanas dejar libre a Wallace. Decisión que a mi entender debe estar en las manos de Hickey, pero principalmente en las manos de Philbin, quien como dirigente debió, de ser cierto que Wallace se negó a jugar en la segunda parte del juego, tomar acciones disciplinarias dentro del camerino. El Philbin no haber tomado dichas acciones dice, a mi entender, que Wallace probablemente está diciendo la verdad. Y seria dejado libre por Tannenbaum, quien estaría tomando en sus manos el trabajo de Hickey. El resultado de esa decisión dejaría claro la falta de liderato de Philbin dentro del camerino. A menos que todo sea una cortina de humo para eliminar la presión sobre Philbin en cuanto a la decisión sobre mantener o despedir a Coyle. Por el momento la firma de Tannebaum más que ayudar al futuro de los Dolphins, lo que hace es arrojar sombras y crear dudas sobre el futuro de los Dolphins. El tiempo será testigo de lo que sucederá en las próximas semanas. Por el momento el silencio hace ver un futuro sombrío para los Dolphins.
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